Mayo de 1810 se inscribe entre esos momentos en los que las ideas y los sueños que anidan en una sociedad comienzan a adquirir forma, se transforman en realidad.
Las propuestas libertarias para independizar a estas tierras de la Corona española crecían entre ilustrados, militares y el pueblo. La situación de España desde la invasión napoleónica en 1808 abonaba la posibilidad de romper todo vínculo con la península, y la noticia de la caída de la Junta Suprema Central llegada al Virreinato del Río de la Plata en ese mes de mayo de 1810 precipitó los acontecimientos.
Encuentros y reuniones clandestinas en diversos lugares de la colonial Buenos Aires, entre ellos en la icónica jabonería de Vieytes o la casa de Nicolás Rodríguez Peña fueron espacios donde ilustres hombres tales como Manuel Belgrano, Juan José Castelli, Mariano Moreno, Cornelio Saavedra y Juan José Paso, entre otros, discutieron con vehemencia las ideas y los proyectos revolucionarios.
La Semana de Mayo, esa que se extendió entre el 18 y el 25, incluyó acciones que dieron lugar a la formación del Primer Gobierno Patrio.
Ante el descontento popular y inquietud social, el 18 de mayo el virrey Baltasar Hidalgo hizo pública una proclama en la afirmaba que gobernaba en nombre del rey Fernando VII y le pidió al pueblo del Virreinato que se mantenga fiel a la corona española.
Un día después, el 19, los criollos solicitaron el llamado a un Cabildo Abierto para evaluar juntos la situación política y decidir los pasos a seguir. El requerimiento fue entonces llevado adelante ante las autoridades del virreinato y de la ciudad por Belgrano, Castelli y Saavedra.
Ante el pedido, Cisneros recibió a funcionarios del Cabildo, jefes militares y criollos para evaluar la convocatoria al Cabildo Abierto.
El 21, inquietos por la situación y las dilaciones para convocar al Cabildo Abierto, un grupo de vecinos de la ciudad exigió desde la Plaza Victoria (hoy Plaza de Mayo) ese llamado y, al mismo tiempo, comenzó a reclamar la destitución del virrey.
Finalmente el Cabildo Abierto se convocó para el 22 de mayo. Fue, según las reseñas históricas, una jornada de encendidos discursos y discusiones. La votación final apoyó la destitución del virrey en su cargo.
Un día después, el 23, el Cabildo formó una Junta de Gobierno y designó a Cisneros como su presidente. Esta decisión encontró fuerte resistencia.
El enojo y la bronca ante tamaño desaire motorizó el reclamo del pueblo que consiguió la renuncia de todos los miembros de la Junta el día 24.
El 25 amaneció gris y lluvioso, así relatan los pasajes de la historia, pero la inclemencia no detuvo al pueblo que nuevamente se reunió en la plaza y reclamó: «El pueblo quiere saber de qué se trata«.
Lo ocurrido aquel 25 de mayo, la conformación de la Primera Junta de Gobierno autónoma de España presidida por Cornelio Saavedra, fue la piedra basal de nuestra independencia. Esa declaración que llegaría 6 años después, luego de intensas luchas en defensa de la tan ansiada libertad.
Recordar la Semana de Mayo nos interpela y nos convoca a ser reales partícipes de nuestra realidad, de la independencia y de la libertad en su más acabado sentido.