Hace, el 13 de marzo de 2013 a las 19.05 horas, el Cardenal argentino Jorge Mario Bergoglio fue ungido como el sucesor de San Pedro, el número 266.
Eligió ser Francisco y marcó una impronta distintiva desde su pedido inicial a los fieles: “recen por mi”. En la entrevista que le concedió a Paolo Rodari y fue emitida anoche en Radiotelevisión Suiza dijo al respecto: “Estoy seguro de que todo el mundo reza. A los no creyentes les digo: recen por mí y si no rezan envíenme buenas ondas. Un amigo ateo me escribe: …y yo te mando buenas ondas. Es una forma pagana de rezar, pero es un amar. Y amar a otro es una oración”.
Primer pontífice latinoamericano y jesuita de la historia, Francisco propicia, también desde la primera hora de su pontificado, una Iglesia más humilde, social, moderna y abierta. Llama a construir una sociedad del encuentro, de la fraternidad, de la convivencia amorosa y equilibrada donde reine la paz y la justicia. Todo reflejado en las Encíclicas “Lumen Fidei” -2013-, “Laudato Si” -2015- y “Fratelli Tutti” -2020-.
“La cultura de la solidaridad expresa concretamente la participación en la construcción de una sociedad fraterna” afirma el Papa Francisco.