Un maestro queda en cada uno de sus alumnos por siempre, un maestro nunca se va, trasciende el ser dejando vida con sus enseñanzas, queda grabado en la huella que ha dejado en cada uno de sus alumnos.
Ayer ha fallecido el gran Maestro, Carlos Palacios. Pero los lucifuercistas de todo el país, cualquiera sea la geografía en la que nos encontremos sabemos que vivirá en nosotros por siempre.
A lo largo de más de 20 años, Carlos recorrió cada palmo del territorio nacional entregando con su enseñanza herramientas de vida; permitió que cada Compañera y cada Compañero descubriera la magia de la oratoria y la comunicación, abrió nuevos horizontes a la vida y al hacer sindical.
El Maestro Palacios se entregaba y brindaba todo su acervo en cada Curso de Oratoria y Comunicación que a través del Instituto Adalberto Wimer, la Federación Argentina de Trabajadores de Luz y Fuerza ha dictado, por más de dos décadas en todos los Sindicatos. Su desaparición física imprime un profundo dolor entre quienes lo conocimos y compartimos con él, pero agradecemos a Dios y a la vida que haya sido parte de nuestra formación.
Carlos, cada uno de nosotros sabe cuánto has dejado y has dado amando nuestra Doctrina y formándonos para defenderla.
Gracias Maestro! Y hasta siempre!