Los días previos al 25 de mayo de 1810 estuvieron cargados de ideas libertarias, de certezas de participación para transformar la realidad y para regir los propios destinos. Marcaron que el camino hacia la libertad se construye, recorre y sostiene con la participación colectiva.
Esas certezas son las que fueron congregando a los vecinos de la ciudad de Buenos Aires en la Plaza Mayor para conocer novedades luego de varias horas sin noticias.
El relato de los hechos indica que los cabildantes no aceptaron la renuncia de la Junta Provisional y del Virrey quienes para sostenerse en su lugar solicitaron apoyo a las fuerzas armadas pero éstas negaron su respaldo a Cisneros. La renuncia de la Junta Provisional fue inevitable y los criollos formaron una nueva Junta que se transformaría en el Primer Gobierno Patrio. La Patria naciente conjugaba la alegría por la libertad y el desafío de una construcción permanente que como entonces debe sostenerse sobre la decisión y la acción del pueblo por el bienestar de todos los habitantes y por la grandeza de la Patria; esa Patria que hacemos todos los argentinos desde cada uno de nuestros lugares.