El 4 de junio de 1946, primero, y el 4 de junio de 1952, después, el General Juan Domingo Perón asumió el mandato a la primera y segunda presidencia respectivamente.
Su llegada al poder transformó por siempre la historia nacional, especialmente y fundamentalmente la realidad de las mujeres y hombres de trabajo a quienes invistió de pertenencia política y clase social. Sin duda el puntapié inicial lo dieron los obreros el histórico 17 de octubre de 1945, y así lo reconoció el Presidente Juan D. Perón al asumir la Primera Magistratura de la Nación ante el Congreso, el 4 de junio de 1946: “El compromiso que acabo de contraer prestando el juramento constitucional, se adentra en mi alma con el mismo ímpetu que lo hiciera mi decisión irrevocable de abrazar la causa del pueblo. De este pueblo que, fiel a su tradición hidalga, de igual modo sabe defender sus derechos y su honra arriesgándose en la azarosa jornada del 17 de octubre, como ofreciendo el alto ejemplo de cultura cívica del 24 de febrero. Esta limpia vocación de jugarse íntegramente en defensa de su dignidad constituye la razón fundamental del hecho histórico que ha puesto en manos del pueblo los destinos de la patria”.
La realidad y el legado de nuestro líder y conductor nos desafían a interpretar fielmente su pensamiento y acción, ambos sustentados en el respeto al pueblo, en la búsqueda permanente de la dignidad, de la felicidad de las familias argentinas, la justicia social y la paz.