El Día de Reyes rememora la llegada a Belén de los Reyes Magos. Se trasladaron, según el Evangelio de Mateo (2, 11) desde Oriente guiados por una estrella. “…al entrar en la casa, dice el Evangelio, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra”. Con esas ofrendas, entregadas con humildad, reconocían en al recién nacido como un rey, como el hijo de Dios.
Esta jornada nos convoca a entregarnos cotidianamente del mismo modo e igual sentir para transformar la realidad de tantos niños desplazados a espacios de pobreza, sin acceso a condiciones básicas de vida, de educación y sin futuro.