“La vida es nada si la libertad se pierde”

                                                                    Manuel Belgrano

Cada 25 de mayo, los argentinos celebramos en esta jornada el «Día de la Patria».

Las celebraciones remiten a la reflexión, invitan a volver la mirada al significado de los hechos que le dieron origen al hito, y colmarlas de valor y vigencia en la realidad actual.

Cabe hoy preguntarnos, ¿cómo se colocó la piedra basal de esa libertad proclamada en 1810?.

Con un grito emblemático: “El pueblo quiere saber de qué se trata!!”. Ya éramos un pueblo que quería saber y participar. Fue, entonces, una decisión popular. Sabemos, por los relatos históricos, que surgió fruto de intensas luchas, largas deliberaciones, encendidos reclamos y, nos animamos a esbozar, impulsada por un bagaje de sueños listos para desplegar sus alas.

Es que esa libertad proclamada el 25 de mayo de 1810, propiciaba ir mucho más profundo que al hecho de romper las cadenas de la dependencia de la Corona española.  Este era tan sólo el paso inicial para quienes bregaron y lucharon por ella.

Libertad implica posibilidad para elegir de modo responsable la forma de actuar.  Esa elección, da sentido a la vida de los individuos y de los pueblos. Por ello la afirmación de Manuel Belgrano es prístina y contundente.

Entonces, ¿Cuánto pone en juego a la libertad la falta de acceso a alimentación adecuada, condiciones dignas de vida, educación, salud, acceso al trabajo e inversiones productivas?.

Ante la realidad actual, tal vez hoy podamos recordar ese clamor popular y honrarlo entregándonos para hacerlo realidad. Será oportuno celebrar cuando como país sepamos instalar definitivamente las bases de la libertad a partir de la equidad y la justicia social.

Así lo proclamó nuestro líder, el General Juan D. Perón: Independencia económica y soberanía política para la justicia social.

Recordar y celebrar nos impone a cada uno de los argentinos el compromiso en el logro de esa libertad, de ese primer clamor.