El tercer domingo de agosto está reservado en el calendario para festejar  junto a las niñas y a los niños.  La celebración se institucionalizó en nuestro país en 1960, luego de ser propuesta a todos los gobiernos del mundo en 1954 por la Organización de las Naciones Unidas –ONU- para “atraer la atención hacia un tema importante: el bienestar de los niños de todo el mundo”.

Desde este año, el Gobierno nacional aprobó una propuesta de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia del Ministerio de Desarrollo Social para cambiar la denominación de “Día del Niño” a “Día de las Infancias”. “Queremos celebrar la diversidad de toda la niñez. Es muy importante que el estado acompañe las transformaciones culturales que estamos viviendo e impulse cambios que colaboren en visibilizar inequidades, y favorezcan prácticas más inclusivas«, afirmó el Secretario nacional de Niñez, Adolescencia y Familia, Gabriel Lerner.  En tanto que la Secretaria de Articulación de Política Social, Erika Roffler, aseguró: «Las palabras que usamos para nombrarnos es la forma en que entendemos el mundo. El lenguaje, como convención social y práctica cultural, muchas veces cristaliza y reproduce desigualdades, y para el Ministerio de Desarrollo Social es muy importante poder trabajar también desde la dimensión simbólica para transformar la realidad«.

De transformar la realidad, de eso se trata.

Las niñas y los niños ocupan un lugar central entre las políticas que nuestra Organización sindical lleva adelante, porque todas las acciones están orientadas al bienestar y a la plenitud de la familia trabajadora a partir de un salario digno, y contemplan, salud, educación y recreación especialmente diseñada para los pequeños. 

Además, como organización social extendemos nuestro hacer a las niñas y a los niños de cada una de las comunidades en las que los Sindicatos de Luz y Fuerza tienen presencia, asistiendo, tendiendo la mano y también, posibilitando la formación en oficios de jefas y jefes de familia para propiciar una vida digna con inserción laboral. 

Pero todo esfuerzo, en nuestra realidad nacional, luce escaso. Es que la pobreza infantil crece y crece desde hace años.

En este domingo, nos permitimos y los invitamos a reflexionar acerca del rol que cada uno de nosotros lleva adelante y del rol que, si considera, debería abrazar para transformar, concretamente, la realidad de las niñas y los niños del país.

¿Podemos permitirnos casi el 60% de niños en Argentina sean pobres?, así lo relevó la última medición de UNICEF. ¿Dónde quedó la afirmación “los únicos privilegiados son los niños” (la número 12 de las 20 Verdades peronistas)?.  Claro, textual, la décimo segunda Verdad peronista dice: “En la Nueva Argentina los únicos privilegiados son los niños”. Tal vez el compromiso sea con volver a edificar una “Nueva Argentina”, en la que adquieran dimensión real cada una de las 20 Verdades peronistas, de modo que la inclusión, la justicia social y la equidad vuelvan a brillar en nuestra tierra.

La realidad nos convoca a todos, sin distinciones, para transformarla y entonces sí, celebrar.  Celebrar que cada día más niñas y niños tengan acceso a las condiciones básicas, elementales para su desarrollo y vida plena, en el seno de familias que edifican su felicidad a partir del trabajo.